domingo, 13 de diciembre de 2009

HABÍA UNA VEZ UN CIRCO

¡Hola Kikoteseguidores!

¿Qué tal llevamos el mes de diciembre? Espero que disfrutando al máximo de este mes tan especial y tan mágico como es el mes de las NAVIDADES. No dejéis de ser como niñ@s NUNCA ni de disfrutar de estas fechas tan entrañables. Olvidemos lo malo y quedémonos con lo bueno del año que terminamos y de la gente con que lo hemos compartido. Soñemos con los Reyes Magos y con las buenas intenciones de mejorar en el año próximo. No lo dejéis para las próximas Navidades, ÉSTAS VAN A SER ÚNICAS Y ESPECIALES.

Y de eso de no dejar de ser como niñ@s os quería hablar hoy.
El jueves estuve en el circo con Estefanía, Julia y unos amigos. Os podría decir que lo mejor fue: volver a disfrutar del mayor espectáculo del mundo o ver como un gran payaso hacía las delicias de todos con sus bicicletas o el número de los elefantes en el que el "domador" hizo cosas increíbles sin tocar a dichos animales o ... Pero esta vez, sin ninguna duda, lo mejor fue ver como mi hija, de tan sólo un año, estuvo dos horas y media sin perder ojo de lo que sucedía en la mágica pista del circo. Ha sido la ocasión en la que más veces he quitado la mirada del show circense para deleitarme con unos ojos brillantes y alegres, unos aplausos enérgicos y unos saltos contínuos. Disfruté como un enano viendo como mi hija vivía esa experiencia.
¿Qué os parece?... GRACIAS JULIA. Nos quedan muchas tardes de circo juntos.

Si tenéis ocasión de ir al circo, no lo dudéis ni un minuto y si es con niñ@s mejor que mejor.



Un besazo de payaso